lunes, 1 de noviembre de 2010

Descubre la "Perla del Caribe": La Habana

La Habana, capital de Cuba, es una de las ciudades más hermosas de Latinoamérica. Todo aquel que la visita queda encantado por la mezcla mágica de grandiosidad y decadencia que se respira al pasear por sus calles, por la alegría y calidez de su gente, todo sentimiento, por el mejor ron del mundo y, por supuesto, por los ritmos que acompañan a los visitantes a lo largo de toda su visita a la ciudad.

Sus barrios más importantes son La Habana Vieja, Vedado, Miramar, Centro Habana y el Malecón y, paseando por todos ellos, los visitantes podrán disfrutar del esplendor de la arquitectura colonial, con sus antiguos coches americanos, su bullicio, sus edificios desconchados, que no dejan indiferente a nadie.

La Habana Vieja, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, cuenta con el centro urbano colonial mejor conservado de América. Es, por tanto, de visita imprescindible. Este barrio recuerda nostálgicamente a Cádiz y en él se encuentran todos los monumentos, estatuas, fortalezas y palacios de la ciudad.

De visita obligada en la Habana Vieja son la Plaza de Armas y la Plaza de la Catedral. La primera de ellas es la plaza más antigua de la Habana; corazón de la ciudad en el siglo XVI, se encuentra rodeada de palacios y castillos, destacando el palacio de los Capitanes Generales, el castillo de la Real Fuerza y el Templete.

En cuanto a la Plaza de la Catedral, no muy lejos de la Plaza de Armas, se dice que es una de las más armoniosas de América Latina. Además, a pocos pasos de allí, se encuentra la famosa "Bodeguita del Medio", por la que han pasado dirigentes de Estado, premios Nobel, escritores y todo tipo de celebridades desde su apertura en 1942.


Siguiendo con nuestra visita a la Habana vieja, llegaremos a la Plaza Vieja desde la Plaza de la Catedral por la calle de San Ignacio, en la que se puede ver el palacio del Conde de San Juan de Jaruco, un ejemplo más de la arquitectura colonial. La Plaza Vieja y sus calles cercanas tienen hermosas galerias, muy tipicas de La Habana.

Otro de los paseos por la Habana vieja que los visitantes no pueden perderse es recorrer la calle Obispo, que une la Plaza de Armas con el Parque Central. Esta calle es una de las primeras de la Habana que fue renovada y se ha convertido en la actualidad en un hervidero de restaurantes, bares y tiendas. La calle termina en "Floridita", el bar más frecuentado por Ernest Hemingway y lugar donde se creo el coctel daiquiri, uno de los más famosos del mundo.

Nos encontramos entonces en el parque Central, inmenso y muy ruidoso, en el que se encuentra el Gran Teatro García Lorca, de 1938. Siguiendo hacia delante, el siguiente edificio que aparece ante nosotros es el Capitolio, copia del de Washington y que, tras haber sido sede de la Cámara de Diputados y el Senado hasta la revolución, hoy es el ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente.

Detrás del Capitolio, se encuentra el bonito edificio de la fábrica de puros Partagás, que merece una visita. En este edificio del siglo XIX se encuentra la más famosa y frecuentada tienda de puros de La Habana, visitada por prácticamente todos los turistas de la ciudad.

Volviendo al Parque Central, llegaremos al Malecón tras bajar por el Paseo del Prado, oficialmente llamado Paseo de Martí. Está flanqueado por bonitas casas coloniales con columnas y unas pintorescas estatuas de leones.

El Malecón, con 5 Km. de longitud, flanquea el barrio del Vedado y del Centro hasta la Habana Vieja. La avenida sería de las más hermosas del mundo si no fuese porque sus edificios han sido descuidados durante más de treinta años. El Malecón es el lugar de cita por excelencia de los habaneros. Se encuentran allí a cualquier hora del día, especialmente al atardecer y por por la noche, para charlar y bailar a ritmo de salsa mientras disfrutan de una botella de ron blanco.

Por último, el Vedado es considerado actualmente el barrio de los negocios y del comercio en La Habana. Allí están los bancos, los cines, las oficinas de los ministerios y numerosos hoteles y tiendas. La principal atracción turística de esta zona de la capital cubana es el Memorial José Martí, situado en la Plaza de la Revolución.

GASTRONOMÍA

Aunque La Habana no es una ciudad famosa por su cocina, existe una gran variedad de restaurantes, privados y estatales, a disposición de los turistas. Paladares es el nombre con el que se conoce a los restaurantes privados en Cuba, instalados en una casa particular, y cuyo propietario sólo puede servir 12 cubiertos, sin derecho a ofrecer buey, marisco o langosta. En este tipo de restaurantes se suelen servir raciones generosas de comida criolla de buena calidad, por lo que es aconsejable probar alguno de ellos.

La cocina cubana es bastante sencilla y poco picante. El plato nacional es el “congri”, una mezcla de cebolla, arroz blanco, frijoles negros y tocino, todo frito. Entre los platos cubanos más sabrosos destacan el pollo a la criolla, muy crujiente, y el cerdo asado. Hay que añadirles el ajiaco, guiso de cerdo salteado con ajo y cebolla fritos, y las parrilladas de carne. La famosa langosta de Cuba es algo que queda reservado casi exclusivamente para los turistas, y es aconsejable comerla a orillas del mar o en restaurantes que tengan vivero para estar seguros de que no sea congelada.

Restaurantes y paladares suelen servir de mediodía a media noche, aunque algunos están abiertos las 24 horas del día.

VIDA NOCTURNA

Una noche en La Habana es, sin duda, una experiencia mágica. Lo mejor es la música en vivo, por lo que se recomienda acudir a las actuaciones de alguno de los numerosos y excelentes grupos de salsa o jazz que se dan cita en la ciudad. Las bandas clásicas son difíciles de encontrar, pero no hay que perder la oportunidad de disfrutar con los ritmos vibrantes de algún grupo no tan conocido.

Una noche por los bares de La Habana incluye largas caminatas, actuaciones musicales improvisadas en mitad de la calle y ron, todo ello animado por las bromas y la alegría propia del carácter cubano.

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